Acompañando a Maria y José en el camino hacia Belén.
Maria, has vuelto hacia el camino que lleva a Belen, después del descanso. La fuerza del sol ha disminuido y hace falta continuar la marcha para que no les sorprenda la noche, a ti y a tu castisimo esposo que te cuida con toda delicadeza y amor. Prefieres andar a pie, apoyada en el brazo de José, pues el camino es largo, fatigoso, y temes por la 'vida' llevada en tus virginales entrañas...
Se han distanciado de la caravana, y apenas llega el eco de las voces. Tu atención, facilitada por el silencio, se concentra en lo más grande que te une, el Niño, en tu vientre, tu Rey y al mismo tiempo tu DIOS!
Es José quien rompe el silencio recordando las palabras del angel que aún le sobrecoge.
El Espíritu Santo creador en tu ser de su obra maestra, la persona de Jesús el Salvador. Todo es tan grande y ustedes sentiran su pequeñez y el abismo que separa Dios y su grandeza, del hombre, y ahora este abismo se cubre, se llena de Jesús lo llena todo. Y tú le recuerdas a José la profecía de Isaías:-”la Virgen concebirá al DIOS CON NOSOTROS”
El silencio vuelve a caer en Ti y Jose. Un silencio llenado sólo por la palabra que los dos repiten bajito, y luego en silencio dentro del corazón rebozando de gozo y de inmenza paz: -”DIOS CON NOSOTROS”-.
Y se quedan sorprendidos de gozo, mientras que las arenas y las piedras del camino parecen convertirse en verdes pastizales y flores al caminar su creador ante ellas.
No comments:
Post a Comment