Madre Admirable. Las letanías son un amable intento de decir todas las grandezas de María, pero se quedan cortas, admirable por sus privilegios, gentilezas de Dios para su Flor.
Inmaculada es su nombre, lo que la distingue y la hace brillar en la noche del mundo. Madre del buen consejo. Consejera única, porque le asiste el Espíritu Santo en persona.
Enséñame cuál es el sentido del vivir, de sufrir, de morir.
Ayúdame a amar mucho esta vida, pero infinitamente más la otra.
Enséñanos a discernir los engaños del 'padre de la mentira' de las luces del Espíritu Santo. Te necesitamos tanto en un mundo lleno de confusión y de sombras.Madre del Creador. Tú tuviste entre tus brazos y alimentaste al Creador. Lo acunaste, le enseñaste a caminar a hablar a rezar. Y te obedeció durante treinta años.
Estableciste un parentesco inusitado: Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo, Madre nuestra.
Cuando otra mujer escuchó a tu Hijo pensó en Ti y exclamo:“--Bendito el seno que te llevó y los pechos que te criaron--”. Te llamó bendita.
Al dar las gracias a Cristo, volvemos la mirada a quien fue su Madre.
El Salvador debía morir en una cruz. No podías faltar. Allí fuiste nombrada solemnemente madre de todos. Tu maternidad es inmensa; tus hijos incontables.
Virgen Prudentisima. No hablaste cuando José, ignorante del milagro que crecía en Ti, sufría sin saber. Conservabas todas aquellas palabras y misterios en tu corazón. Pero en las bodas de Caná hablaste, insististe, porque era necesario el milagro. No sólo conseguiste el mejor vino del mundo, para alegría de los comensales, sino que hiciste crecer la fe de los apóstoles.
Virgen digna de veneración y de alabanza. He visto cientos de fervorosas procesiones de la Virgen, altares adornados con millares de flores, las flores más bellas, desde niño. En el calendario abundan las fiestas dedicadas a Maria, comenzando por la del primero de enero, María Madre de Dios, esta fiesta invita a colocar el nuevo año en tu corazón.
Un mes primaveral, Mayo, se le dedica entero a la Virgen María. ¿Quién no ha llevado flores a la Virgen en el mes de Mayo? Tanto derroche de flores, ¿por qué? La flor es en sí hermosa, pero además es portadora de cariño, de ternura.
En los altares de María hay infinidad de bellas flores, porque es mucho el amor de sus hijos. El amor también canta. Madre mia, el que nunca te lleve una flor o te entone una canción, no sabe nada del amor...
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