Yo te saludo, María, eres virgen muy amable! Tú eres mi madre, mi señora!
Por lo tanto, te ruego que me aceptes como tu hijo y siervo, porque no deseo tener otra madre y señora, sino a Ti.
Te ruego, Madre buena, que te plazca para consolarme en todas mis angustias y necesidades, tanto corporales como espirituales.
Guíame en todos mis caminos, y en todas mis acciones guiame y protegerme, porque yo, pobre criatura, estoy necesitado de tu protección.
Proteje mi cuerpo y mi alma contra todos los males y peligros, y déjame participar de tus virtudes en la tierra y de tus riquezas en el cielo. Amen, amen.
Gracias por su compartir.
ReplyDeleteUn abrazo.
Paso para desearle un Feliz Pentecostés.
ReplyDeleteUn abrazo.